Nota de prensa
Sanitas Hospitales crea una unidad de Inmunología Ocular
Las conjuntivitis crónicas y el síndrome del ojo seco son las patologías oculares más frecuentes
Relacionadas con otras enfermedades y con la edad, producen cansancio, picor, sequedad y visión borrosa.
El aumento de estas patologías se debe al incremento de las enfermedades delsistema inmune, como las alergias e hipersensibilidades.
La nueva unidad permite un abordaje integral y multidisciplinar.
Madrid, 18 de junio de 2012. Sanitas Hospitales ha creado una unidad de inmunología ocular para abordar de manera integral y multidisciplinar las patologías inflamatorias del ojo, asociadas en su mayoría a otras enfermedades del organismo o a la edad.
“La nueva unidad responde al crecimiento exponencial de pacientes afectados por este grupo de enfermedades oculares inflamatorias. Actualmente, el porcentaje que engloba estas patologías abarca un tercio de las consultas diarias de oftalmología. Tan sólo en la Comunidad de Madrid hablaríamos de una población potencial de casi 100.000 personas”, explica el Dr. Zato, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Sanitas La Zarzuela.
Con una creciente incidencia en la población, entre las patologías más frecuentes se encuentran el síndrome del ojo seco y las conjuntivitis crónicas, que afectan hasta un 30% de la población. En ambos casos, la superficie del ojo se ve afectada con molestias casi continuas, alteraciones visuales y un daño potencial en la córnea. La edad, las enfermedades reumatológicas y problemas dermatológicos son algunos de los responsables de estos cuadros. El aumento de estas patologías se debe al incremento de las enfermedades del sistema inmune, como las alergias e hipersensibilidades.
Este grupo de enfermedades también engloba los procesos alérgicos oculares que afectan hasta cuatro de cada diez personas de las que acuden a la consulta por molestias oculares, así como los problemas asociados al uso prolongado de lentes de contacto. En concreto, “el abuso y un tiempo prolongado de utilización de las lentillas pueden producir una intolerancia en un porcentaje muy alto de los usuarios y muchos pacientes no son conscientes de este riesgo”, puntualiza el Dr. Zato.
La uveítis es una de las afecciones menos comunes en esta área, pero la más grave. Se trata de la inflamación de la capa intermedia vascular del ojo y, si no se trata, puede ser causa de ceguera.
“Muchos pacientes tienen enfermedades oftalmológicas pero no han sido diagnosticados como tal, y en algunos casos pueden producir secuelas graves si no se instauran las medidas oportunas precozmente”, apunta el Dr. Zato.
Enfoque multidisciplinar y abordaje integral
La nueva unidad permite abordar estas enfermedades de forma integral y con un enfoque multidisciplinar. En palabras del Dr. Zato “la unidad sirve de nexo de unión con las distintas especialidades que pueden estar implicadas en la enfermedad para una atención más rápida, cómoda y eficiente para el paciente. El oftalmólogo necesita una relación fluida con profesionales de otras materias como reumatólogos, dermatólogos, alergólogos, neurólogos y pediatras, entre otros”.
Los diferentes tipos de tratamientos que se pueden aplicar dependen de cuál es el proceso que provoca la inflamación. En los casos de origen alérgico existe un amplio abanico de fármacos; sin embargo, en la mayor parte de estas enfermedades inflamatorias se requiere pautar corticoides.
Entre los tratamientos más novedosos, “la inmunomodulación” es la piedra angular en la Unidad de Inmunología Ocular” explica el Dr. Zato. Se trata de la aplicación de un tipo de fármacos especiales que actúan sobre los procesos de autorregulación que dirigen el sistema de defensa inmunitario. Entre sus principales ventajas, las terapias inmunomoduladoras permiten no depender de corticoides y evitar así sus efectos secundarios a largo plazo, como glaucoma o catarata.
“El amplio abanico de fármacos, la complejidad de su manejo y los potenciales efectos secundarios obligan a que sólo pueda utilizarlos un oftalmólogo superespecializado con la dedicación suficiente como para poder realizar un estrecho seguimiento del paciente, y con la cualificación suficiente como para detectar los efectos adversos que puedan generarse”, puntualiza el Dr. Zato.