La Fundación del Instituto de Ciencias Visuales, INCIVI, viajó a la región de Puerto Plata, República Dominicana, a finales de julio de 2005 para llevar a cabo una expedición de ayuda humanitaria en el país centroamericano. El objetivo era desarrollar el programa anual para la prevención de la ceguera por cataratas en naciones desfavorecidas.
La Fundación INCIVI partió con un equipo de 4 oftalmólogos, una médico internista, 1 enfermera instrumentista y personal de apoyo logístico para aportar asistencia sanitaria gratuita a los ciudadanos dominicanos con patologías en la visión. Se trataba de llevar a cabo consultas oftalmológicas previas, intervenciones de cataratas y otras patologías oculares y las consiguientes revisiones posquirúrgicas. En un principio, el propósito de la Fundación era operar a unas 100 personas.
El equipo médico estuvo dirigido por el catedrático en Oftalmología y director del INCIVI, Miguel Angel Zato y contó con la inestimable ayuda del Dr. Jaime Núñez Guerra sin el que la expedición no hubiese tenido éxito gracias a todo el apoyo logístico que nos brindó en la República Dominicana. Además contó con el refuerzo de oftalmólogos de Puerto Plata, Santiago y Santo Domingo. El Instituto llevó el material necesario para poder trabajar en las mejores condiciones. Dos facoemulsificadores, un antoqueratómetro, un biómetro, dos microscopios, instrumental quirúrgico, material fungible, como batas, agujas, jeringuillas y guantes, y equipos de limpieza.
INCIVI, a través del patrocinio de diversos laboratorios, donó todo el material fungible al Hospital “Ricardo Limardo” de la localidad de Puerto Plata. En total, instrumental médico y fármacos para practicar unas 400 intervenciones de cataratas. Además, el equipo de oftalmólogos de la Fundación INCIVI llevó a cabo labores de docencia en todo tipo de técnicas de cirugía de la catarata.
Finalmente se realizaron 80 procedimientos de catarata por el método de la facoemulsificación y facomics, 10 intervenciones de glaucoma por la técnica de trabeculectomia y facotrabeculectomia y más de 500 consultas recibiendo el tratamiento correspondiente para cada caso en específico.
Del viaje se extrajeron varias conclusiones. La ceguera por catarata es la causa más frecuente de invalidez por déficit visual en la región estudiada. La experiencia demostró que con un aporte sencillo de recursos materiales y humanos es posible montar campañas de ayuda en hospitales de segundo nivel fuera de la capital. También, se observó que la efectividad de la acción se mejoraría con un estudio previo de la situación real del hospital, pues distan mucho los recursos oficiales de los que pueden ser utilizados en la práctica.
Zato comenta que “son varios los aspectos necesarios para enfocar la ayuda humanitaria. Por una parte, la educación, con la formación de cuadros en la zona cuando sea posible o en nuestro país si es necesario. Por otra, ayuda al desarrollo con la planificación de esquemas y estrategias sanitarias que permitan a todos los niveles una mejor salud visual en los países emergentes. La Fundación cree que la ayuda humanitaria por si sola, sin capacitación de cuadros profesionales y sin el desarrollo de una estrategia sanitaria adecuada tiene poca efectividad, a medio o largo plazo, para evitar la ceguera tratable”.